Volando

"Lo dijo Einstein: el tiempo solo existe en nuestro reloj de pulsera"


Han pasado 2 años desde que pasaste la última página hasta llegar aquí. ¿No es curioso? En todo ese tiempo, la inspiración y el tiempo para escribir un nuevo capítulo parecían inalcanzables. Sin embargo, aquí estoy, ocho largos meses después.


Esta reflexión me llevó a pensar en la asombrosa percepción que tenemos del tiempo en diferentes momentos y lugares. Mientras lees estas líneas, pueden haber transcurrido veinte minutos, pero en la vida de este extraño personaje, han pasado casi dos años hasta esta página. ¿Es posible que el tiempo sea simplemente una invención nuestra, un reloj que creamos para organizarnos y ponernos de acuerdo?


Es por eso que las civilizaciones altamente avanzadas confiaban en medios primitivos para medir el tiempo, como relojes de agua o de arena, que seguían el flujo del tiempo marcando la cantidad de agua que salía de un recipiente por un pequeño agujero.


Socialmente, el reloj ejerció una influencia más profunda que cualquier otra máquina, ya que se convirtió en la herramienta esencial para regular la vida, especialmente en un sistema de explotación industrial. La revolución industrial trajo consigo la desaparición de artesanos y el auge de la industria, lo que llevó a los trabajadores a someterse a la tiranía del tiempo.


¿No resulta abrumador?


La percepción del tiempo cambia a medida que envejecemos. En la juventud, el tiempo parece avanzar lentamente, especialmente cuando ansiamos algo, como esperar para abrir un regalo de cumpleaños. Pero con el tiempo, todo parece acelerarse, como si los años volaran. Esto se debe a diferencias en cómo procesa nuestra mente la información a medida que envejecemos y a la comparación con experiencias y recuerdos acumulados.


Es desagradable crecer y sentir que el tiempo se acelera, como si el reloj avanzara diez veces más rápido después de los veinte años. Sin embargo, se dice que a partir de los cincuenta, la percepción cambia nuevamente. Al mirar atrás, todo parece haber pasado en un abrir y cerrar de ojos, mientras que el viaje del presente al futuro se experimenta como una eterna escalera eléctrica sin mantenimiento.


El tiempo es un concepto fundamental en nuestra vida cotidiana, y su impacto en nuestra salud mental es profundo. Puede ser positivo si lo gestionamos adecuadamente, estableciendo metas a corto y largo plazo, planificando nuestro día de manera eficiente y dedicando tiempo a lo que realmente importa en nuestras vidas. Sin embargo, también puede tener efectos negativos si nos sentimos abrumados, estresados por una agenda abarrotada o ansiosos y deprimidos por la falta de objetivos y propósitos. Sentir que el tiempo se nos escapa de las manos puede generar inseguridad y ansiedad.


En resumen, el tiempo es un componente crucial de nuestra salud mental, y aprender a manejarlo de manera efectiva puede mejorar significativamente nuestra calidad de vida.



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